Skip to main content

“Navarra debería apostar por el documental con confianza y decisión”

By 3 de abril de 2023abril 28th, 2023Entrevistas

Pablo Iraburu es el fundador de la productora navarra Arena Comunicación. Los últimos veinte años se ha dedicado a la producción de documentales en todo el mundo. Ha sido productor ejecutivo, codirector y coguionista de los largometrajes de documental Nomadak Tx, Pura Vida, Muros, District Zero y Elkarrekin-Together. Todas ellas fueron estrenadas en el Festival de Cine de San Sebastián, y han sido distribuidas internacionalmente. También ha producido videoinstalaciones para museos y para organizaciones sin ánimo de lucro. Además, es impulsor del programa Doklab donde desarrolla las funciones de dinamizador de talleres y proyecciones. 

 

¿En qué consiste Doklab Navarra?

Es una residencia inmersiva en cine documental. Está dirigido a cineastas emergentes, el objetivo es encontrar talento y ayudarle a encontrar su camino hacia el mercado global. Está hecho de tres partes. La primera es un encuentro de dos semanas, ahí convivimos en un espacio memorable, vemos películas, tenemos encuentros con cineastas, talleres de desarrollo, dinámicas de mercado, etc. Todo orientado a remover los cimientos de cada proyecto y encontrar la manera de hacerlo viable. Luego, durante varios meses, hacemos mentoría online de los proyectos y ofrecemos varias clases magistrales. Para terminar, todos los proyectos se reúnen durante el Festival Internacional de Cine Documental de Navarra – Punto de Vista. Ahí presentan su proyecto ante un panel de expertos.

 

¿Qué balance haces de la primera edición de DokLab Navarra?

Ha sido muy, muy positivo. Ana María Peláez, de TVE, decía en Twitter nada más coger el tren de vuelta que esta experiencia le había recordado por qué se dedica al documental. Estamos muy orgullosos de que haya dicho eso alguien como ella, que conoce muy a fondo el mercado documental nacional e internacional. La residencia fue un chute de energía y compromiso durante la estancia en el Palacio de Olza (donde todo comienza) y ha sido de nuevo una gozada el reencuentro en Punto de Vista (donde hemos clausurado la primera edición). Estamos encantados del resultado y al mismo tiempo hemos tomado nota de lo que podemos mejorar.

 

¿Cómo son los proyectos desarrollados? ¿Y los proyectos ganadores?

Los proyectos de esta primera edición vienen de lugares muy distantes: México, Brasil, Portugal, República Dominicana, Perú, Bélgica, Venezuela, Argentina… Y varios de Navarra. En la selección primamos el potencial del proyecto por encima de su estado de desarrollo, así que conviven películas ya rodadas con otras que sólo son una idea en el papel. Todas tienen en común una apuesta creativa original, fuerte compromiso personal y potencial de distribución global. El proyecto elegido por el jurado fue Proyecto Erasmus, un documental nacido en Lisboa que aborda una cuestión que atañe a toda Europa, a través de una historia muy personal. El director, Filipe, está rodando su aventura de reunirse con sus compañeros de Erasmus, a los que no ha visto en 20 años. Una de ellas, además, está ilocalizable, es una estudiante alemana que ahora reside en Rusia. La película es tan íntima y personal como interesante a nivel europeo, tiene todo lo que pedimos a un proyecto Doklab Navarra. También hubo un premio del público para Las revoltosas, toda una revolución, un proyecto del cineasta canario Pedro Ayose sobre un colectivo de mujeres, las primeras que conformaron una murga femenina en los carnavales canarios. El punto de vista de Pedro es precioso, una de las integrantes del grupo es su madre, ellas generaron un espacio seguro en el que Pedro, desde pequeño, pudo sentirse feliz maquillándose, poniéndose tacones, descubriendo quién era. Los dos proyectos tienen una enorme implicación del autor y, desde ahí, abordan cuestiones que interesan a una audiencia global: la identidad personal, la identidad europea, la libertad, la memoria. 

 

¿Qué perfil tienen los documentalistas participantes?

 Hay proyectos muy variados, desde cortometrajes muy personales hechos con material de archivo familiar hasta una serie documental rodada en varios países. Detrás de cada proyecto hay una persona totalmente única y diferente, lo que buscamos es potenciar las voces originales, las visiones creativas y personales. Eso es lo que une a todos los participantes: la creatividad, el tener algo que decir al mundo.

 

¿Cómo se presenta la segunda edición? ¿Habrá novedades?

El planteamiento va a ser el mismo, lo explicamos en la web de la residencia, doklabnavarra.com. Ahí iremos confirmando las novedades: la participación de cineastas, los contenidos de los talleres. El principal cambio va a ser que esta vez tenemos más tiempo para recibir proyectos, ya nos están llegando solicitudes. Repetiremos algo que ya hicimos en la primera edición: parte del programa era sorpresa incluso para los participantes. Eso mantenía muy alto el nivel de atención y entusiasmo. Queremos repetir esa energía y buena onda y para conseguirlo hay que estar innovando todo el rato.

 

Has dirigido y producido unas cuantas películas documentales. ¿Qué debe tener un proyecto para convertirse en un buen documental?

Nunca he dirigido ni producido nada yo solo, soy parte de Arena, un equipo creativo fabuloso con mucha experiencia y habilidad en producción. Mi experiencia es peculiar porque siempre he participado de procesos colaborativos, de codirecciones y coproducciones. Creo profundamente en la capacidad creativa de lo colaborativo. En nuestro caso -y hablo en plural- hemos apostado siempre por historias humanas con una perspectiva íntima y personal. Creemos que eso es lo que hace que un contenido sea emocionante para una audiencia global: lo íntimo nos une, lo superficial nos distancia. Me interesan las personas. Pero esa es nuestra línea de trabajo, con la que llevamos más de 20 años haciendo películas. Hay muchos otros universos dentro del documental, es un mundo en expansión con infinitas posibilidades.

 

¿Cómo ves el cine documental actual en Navarra?

Creo que Navarra debería apostar por el documental con confianza y decisión: tenemos un festival que es referencia internacional de calidad y, sobre todo, una comunidad de creadores de enorme calidad. Hay una tradición ya larga de creadores y productoras especializadas en el género documental. En Navarra, quizá por nuestro carácter y cultura, nos gusta lo tangible, la realidad, lo visible, lo que nos rodea. Somos buenos en la automoción, lo agroalimentario, la energía, etc. Somos una comunidad fiable, trabajadora y eficaz. Esos valores son extrapolables al mundo de la creación documental. Estamos en un punto de giro en el mercado que nos pilla muy bien posicionados. Falta un cambio en la mentalidad, tenemos que aprender a colaborar, a coproducir, a trabajar con empresas de otros países y a contar historias de otras culturas. Estamos ante una oportunidad fabulosa. En Arena llevamos 20 años haciendo documentales, el futuro está ahora en manos de jóvenes cineastas que están aportando una nueva mirada, de mayor calidad, mayor intensidad y mayor alcance que nada que se haya hecho antes.

 

¿Qué te parece la labor de Navarra Film Industry?

Tenemos que aprovechar la unidad y eficacia que permite ser una comunidad tan pequeña. Todas las productoras y profesionales están bien representados en NAPAR. NAPAR está en el corazón del Clúster Audiovisual, Clavna. Y Clavna está perfectamente coordinado en Navarra Film Industry con el resto de socios. Creo que es vital cuidar esa buena coordinación entre lo privado y lo público, entre las raíces del sector y las posibilidades de crecimiento que tenemos por delante. Navarra Film Industry es clave, tenemos que cuidarla entre todos. Ahora no es tiempo de pedirle resultados sino de aportar, todos, lo que podamos. Eso es lo que ha marcado la diferencia entre lo que era el sector hace diez años -atomizado, torpe, desorganizado- y lo que somos ahora. Falta mucho camino, pero vamos bien si lo seguimos haciendo juntos y coordinados de manera eficaz. Navarra Film Industry tiene por delante retos enormes y estoy seguro de que va a ser responsable de cosas buenas para todo el sector.