Roberto López Carneiro es el director de Rutina, un cortometraje navarro que fue seleccionado en el pasado Festival de Málaga para participar en la sección oficial en la categoría de cortometrajes, y que ha recibido la Mención Especial del Jurado.
1. ¿Cómo surge Rutina? ¿Qué te interesaba transmitir con este cortometraje?
Rutina surge de forma espontánea, de observar a la gente y de ser yo uno de los pasajeros de ese autobús (diría villavesa, pero no sé si fuera de Pamplona me entenderán). Hace años estaba realizando un curso del paro en Pamplona, y todos los días hacía la misma ruta en bus a la misma hora. Un día me fijé en que había dos niñas vestidas de uniforme que siempre se sentaban juntas y cada una iba escuchando música con sus auriculares, era curioso porque nunca hablaban entre sí. Un día observé como una de las niñas no se sentó con su amiga, y ahí me dio por pensar ¿se habrán enfadado? ¿Se han peleado en el recreo? ¿Les gusta la misma persona? Y, desde ese día, empecé a observar al resto del autobús, y fui notando cómo se iban repitiendo cada día los mismos pasajeros: un grupo de adolescentes que salía del instituto, un par de trabajadores, las niñas, una señora mayor… cada día todos compartían el mismo viaje sin fijarse en qué hacían los demás. Nunca hubo una chica que me gustase en esos viajes, y eso fue la excusa para poder provocar la chispa que vertebraría el corto y así contar la historia que quería contar, pero el resto de Rutina soy yo observando ese autobús.
Lo que me interesaba transmitir era la necesidad del ser humano por relacionarnos, aunque seamos desconocidos. Cada día vamos más ensimismados, aislados en nuestros móviles, redes sociales, libros… y a la vez, y de forma paradójica, cada vez nos sentimos más solos. Se ha perdido el contacto cercano, ya no saludamos a nuestros vecinos y, mucho menos, a los “figurantes” que vemos cada día en el transporte público. Y además quería contarlo de forma positiva, no quería hacer un drama sobre la soledad en la posmodernidad. Además, quería transmitir que hay que atreverse a hacer las cosas, lanzarse, no tener miedo al primer paso aunque a veces necesitamos un empujón para hacerlo.
2. ¿Qué ha supuesto para ti esta selección en el Festival de Málaga y haber recibido una mención especial? ¿Cómo has vivido la experiencia?
Por un parte, sorpresa. Es un proyecto muy pequeño donde yo he hecho casi todo, de hecho, también lo distribuyo yo, y no me esperaba llegar a un festival de es e nivel. Por otro lado, mucho orgullo. Sentir que valoran tu trabajo hace que te sientas muy bien y que te dé fuerzas para seguir con todo este camino tan duro de la autoproducción.Cuando digo que lo he hecho casi todo yo, suena fatal. Sin mi equipo y sin el elenco no hubiera llegado a ningún sitio, fue un rodaje duro y tengo un equipo maravilloso al que estaré eternamente agradecido.
Cuando mandas tu corto a los festivales casi todo son noes, pero recibir un sí de un festival como Málaga compensa cientos de negativas en otros festivales. La mención del jurado ha sido el broche de oro. Se me saltaron las lágrimas cuando Itziar Miranda leyó el palmarés. Dijo unas palabras muy bonitas sobre Rutina y provocó que yo me quedara sin palabras durante un rato. La experiencia ha sido muy positiva y llena de ilusión. Además, ver el corto con público y presentarlo en un lugar así siempre es un honor y una responsabilidad, aunque se disfruta mucho. Como broche de oro, al terminar vinieron varias personas a felicitarme por el cortometraje, así que imaginad como me sentí.
3. Rutina fue el ganador indiscutible del certamen Navarra Tierra de Cine en 2022 en el que te alzaste con el Primer Premio, el Premio del Público y la Mejor Fotografía, además del galardón especial en el que competían todos los ganadores de las diez ediciones celebradas hasta la fecha. ¿Cómo fue aquella experiencia, el inicio del reconocimiento a Rutina, y cómo ha sido el camino hasta el Festival de Málaga? ¿Qué te gustaría que pasara ahora con este cortometraje?
Con Navarra Tierra de Cine empezó todo. Lo que presentamos en Navarra Tierra de Cine fue un premontaje de Rutina. No estaba hecho el color, la mezcla de sonido, no tenía la música, pero aun así arrasamos, la verdad es que fue un subidón. Fue una experiencia maravillosa. Sentir que valoran y premian tu trabajo de esa forma no tiene parangón. Me había preparado un discurso por si acaso, y terminé subiendo cuatro veces a recoger premios, una locura.
Además, el proceso había sido complicado, porque lo monté yo, mientras rodaba una serie bastante dura y llegaba a casa después de once horas de jornada, me quedaba montando hasta altas horas de la madrugada… así estuve dos semanas para poder entregarlo a tiempo. Pensaba que me iba a dar algo, y llegué a odiar el cortometraje, porque me estaba costando la salud. Pero llegó la gala de Navarra Tierra de Cine y todo cambió. Después de Navarra Tierra de Cine, me di un descanso para volver a encarar el montaje de lo que quería que fuera el corto. En Julio el corto estaba terminado, hice un pase en los cines Embajadores de Madrid con compañeros de la serie donde estoy y la verdad es que gustó mucho. Tras ese estreno empezó el periplo de Rutina por festivales. Lo que me gustaría que pasara con Rutina es que consiguiera más selecciones en festivales, es muy complicado, hay mucha competencia, pero creo que llevamos pocas selecciones, o menos de las que merecemos. También quiero que Rutina me lleve a hacer más proyectos. Al final, que te reconozcan el trabajo es una buena forma de conseguir confianza para aventurarte a los siguientes proyectos. Así que en definitiva lo que me gustaría es que tuviera más selecciones y que se pudiera ver en alguna plataforma como cierre final a su vida festivalera.
4. Tus dos cortometrajes han sido rodados en Navarra. ¿Qué destacarías de tu experiencia? ¿Qué es lo que te anima a hacerlo?
Llevo sin vivir en casa diecisiete años, pero parece que siempre vuelvo a rodar a casa. Lo primero que me da Navarra, es hogar, es el lugar de donde vengo y, a veces, cuando uno vuelve a los sitios con la mirada limpia los disfruta más, te quedas con lo positivo y es como estar de vacaciones pero en tu casa. Además, rodar en Navarra es fácil, en el sentido literal de la palabra, no sólo es fácil por la cantidad de oportunidades que te brindan sus paisajes y enclaves con encanto, es fácil porque aquí la gente tiene ilusión por rodar y te lo ponen fácil a la hora de conseguir localizaciones, permisos… En Madrid, donde la gente está aburrida de rodar, las cosas son bastante menos apetecibles y agradables a la hora de rodar.
5. Y ahora… ¿Qué planes tienes? ¿Estás trabajando en algún proyecto nuevo?
Los planes son conseguir el máximo número de selecciones para Rutina. Por otro lado, tengo escritos dos cortos, uno de ficción y otro de animación, que me gustaría sacar adelante. Pondré la energía sobre esos proyectos y, si consigo sacar fuerzas y tiempo, me gustaría desarrollar una idea que tengo para una serie.