Skip to main content

“Siento una profunda responsabilidad de representar mi tierra y mi cultura a través de mi música”

By 10 de October de 2024Entrevistas

Paula Olaz es una compositora pamplonesa que ha trabajado en más de 20 películas nacionales e internacionales como La Cima, El bus de la vida y Las buenas compañías. En esta 72 edición del Festival de San Sebastián ha sido invitada de nuevo para la sesión especial de concierto y proyección de música de cine que se organiza en el velódromo junto a Euskadiko Orkestra y la fundación SGAE. Ha participado con una Suite creada a partir de las bandas sonoras que ella misma ha compuesto para cuatro películas: Alguien que cuide de mí, Verano en rojo, Calladita y Bajo terapia

 

  1. ¿Qué supone para ti mostrar tu música en un concierto proyección junto a Euskadiko Orkestra?

Supone una grandísima alegría. Compartir mi música con una orquesta de tan altísimo nivel, en un concierto en el que la música de cine es protagonista y con un público de 3000 personas, es un momento muy especial. Es la culminación de meses de trabajo, es la visibilidad de un trabajo que normalmente no está expuesto y que gracias a este concierto se comparte a gran escala. Como compositora, poder trabajar con músicos de tan altísimo nivel es un auténtico lujo. La música es un lenguaje universal, y este tipo de colaboraciones permiten que esa expresión cobre una magnitud mayor. La orquesta se convierte en un vehículo de emoción que da vida a mis creaciones, y la experiencia es multisensorial, conectando lo visual, lo sonoro y lo emocional en un mismo espacio.

Este concierto es también un hito en mi carrera, pues por segundo año se ha contado conmigo para mostrar mi trabajo y darle el valor y reconocimiento que se merece. Al mismo tiempo, es un recordatorio de que el trabajo de composición, como el del artista plástico o el escritor, muchas veces es una labor solitaria que solo se completa cuando llega al público. Este tipo de conciertos nos conectan directamente con la audiencia, como solía decir Gustav Mahler, “la verdadera sinfonía es el mundo con todas sus relaciones”.

  1. Para el concierto creaste una Suite a partir de las bandas sonoras que has dirigido en cuatro películas. ¿Fue sencillo escoger unos pocos temas de entre tantos? ¿Por qué has escogido estos cuatro temas?

Escogí la música de estas cuatro películas porque son las que más se acercan al mundo sinfónico. Son, además, cuatro películas con géneros musicales muy diversos: obras inspiradas en el clasicismo, el barroco, pasando por la música coral moderna y bandas sonoras con corte más actual. Fue todo un reto preparar una suite de cuatro bandas sonoras; de hecho, es la primera vez que se hace algo así en este concierto y pienso que fue todo un éxito.

Presté especial atención a las transiciones entre las obras y utilicé diferentes partes de la orquesta para cada pieza. De esa manera, el color tímbrico varía, así como el estilístico. Creo que fue una propuesta atrevida y compleja de diseñar, pero el resultado ha merecido la pena. Estas cuatro bandas sonoras transmiten emociones muy variadas, pasando de momentos melódicos, dulces y armoniosos, a la lucha por una justicia universal con momentos de mayor intensidad y fuertes cambios en densidad y ritmo. El coro, por ejemplo, fue uno de los grandes protagonistas del concierto, ya que llevó “la voz cantante” durante la música de Verano en rojo, un thriller muy intenso el cual, a través de la voz, pretende denunciar casos de pederastia en la iglesia. Este mismo coro se vuelve cínico y denuncia en la película Calladita la superficialidad de una familia y su trato condescendiente con la mujer del servicio: “Anita, limpia esto, por fa, please!”. En la película Alguien que cuide de mí, la música se adentra en la melancolía de una vida de artista pasada, y dialoga entre tres generaciones de mujeres que se dedican al mundo del arte y lo hace desde la belleza, las armonías dulces y melodías llenas de cariño y dulzura. Por otra parte, en el caso de la banda sonora de la película Bajo Terapia, la música se torna más clásica, tiene mucho mayor peso, mayor densidad y es universal; habla del espíritu humano frágil, del empoderamiento de la mujer, y la orquesta añade cierto nivel de dramatismo en el complejo mundo de las emociones humanas. En esta selección, he buscado no solo que cada pieza resuene por sí misma, sino que juntas creen un viaje sonoro que conecte emocionalmente con el público.

  1. ¿Qué significa para ti, una navarra que ha desarrollado su carrera en distintos países europeos y en Estados Unidos, trabajar en el sector audiovisual dentro de proyectos íntegramente navarros?

Me gusta presentarme como compositora navarra porque me siento orgullosa de la tierra que me ha visto crecer. Siento una profunda responsabilidad de representar mi tierra y mi cultura a través de mi música, y por eso tengo un gran afecto a los proyectos llevados a cabo por equipos navarros o que se realizan en Navarra. Me encanta formar parte de lo que yo siento que es una comunidad cinematográfica de altísimo nivel profesional. Cuando una sale de Navarra y vive en el extranjero, como yo lo he hecho durante varios años, se da cuenta de que el carácter humano y el cariño con el que la gente de aquí hace su trabajo es algo muy preciado, algo que hay que cuidar. La industria del cine en Navarra debe ser protegida, y los políticos deben estar a la altura de sus artistas y garantizar que se sigan rodando películas, que se promocione la cultura navarra y se sienta orgullo por lo que hacemos. Es una dedicación total la que yo tengo con la música, y seguiré trabajando para tejer una fuerte red que nos apoye y nos valore. A través de mi trabajo, quiero contribuir a que las historias y las tradiciones navarras tengan un espacio en el panorama audiovisual global, un poco como hicieron artistas como Luis Buñuel, que, a pesar de sus recorridos internacionales, nunca olvidaron sus raíces.

  1. También has compuesto bandas sonoras para televisión, teatro, danza y videojuegos. ¿Hay algún ámbito al que le tengas especial cariño?

Tengo especial cariño a la danza y al teatro. La danza, en concreto, me parece extraordinaria, ya que tiene a la música como centro. La música en la danza es la que genera que se dé el movimiento; inspira a la danza y esta se construye en torno a la música. He trabajado con compañías de danza navarras como, por ejemplo, Led Silhouette, con la coreógrafa Hilde Koch, de raíces pamplonicas, y Fernando Sáenz de Ugarte, director general de Dantzaz. También he trabajado con varias compañías de danza estatales y en el extranjero, y siempre disfruto del proceso de creación, que suele ser más largo que en una película, por ejemplo. Me inspira profundamente el movimiento de los cuerpos y el control que tienen los bailarines sobre su propio “instrumento”. Disfruto trabajando durante meses, acompañando a todo el cuerpo de baile desde el principio, creando música en los ensayos y llevando el material al estudio para desarrollar una estética e historia musical.

El teatro, por otro lado, me resulta un arte desnudo, sin grandes abalorios, muy delicado y profundo. Siempre he sido una gran amante del teatro, y quizás por ello me apasiona trabajar en este ámbito. En el teatro, la música tiene una menor presencia, pero cuando está, la dimensión que toma es de gran valor. La música puede transformar el ambiente y acentuar las emociones de una escena, como lo hacía en el teatro clásico, donde era una parte integral de la narración.

Y, por último, los videojuegos… ¡qué decir de un mundo tan vasto! Me suelo entender muy bien con los equipos y me apasiona generar conceptos que den forma a la banda sonora en el videojuego. La música no es lineal; es interactiva, por lo que hace falta un diseño inicial muy minucioso para saber qué papel juega la música, para qué nos sirve, cómo se activa, cómo evoluciona y se transforma, y qué parámetros son los que se pueden trabajar para lograr esa interactividad total con las decisiones en directo del jugador. Es un mundo apasionante que no para de crecer y que cada vez tiene más y más repercusión en los jóvenes. Un prometedor desarrollador de videojuegos navarro es Javier Pérez Estarriaga de Cokoon Games, con el que hice el fantástico juego de Tzuki’s plan B. Mi hermano, Xabier Olaz, también es un artista que no solo hace videojuegos, sino que también se dedica a la animación, imparte clases en la UPNA y domina el mundo de la inteligencia artificial. Algún que otro proyecto ya tenemos entre manos, y estoy segura de que dará mucho de qué hablar.

  1. ¿En qué proyectos estás trabajando que vayamos a escuchar próximamente?

Estoy trabajando en una serie para Disney+ y tengo próximamente varias películas, alguna de ellas rodada en Navarra. La última película para la cual he compuesto la banda sonora, Raqa, con Álvaro Morte como protagonista, se estrenará en cines el 22 de noviembre. He recibido encargos para la composición de nuevas obras para concierto, y estoy con muchísimas ganas de comenzar con el proyecto que tengo con La Pamplonesa, de crear un himno a mi preciosa ciudad: Pamplona/Iruña. Además, tendré la oportunidad de componer la música de varios cortometrajes muy interesantes y una futura serie para Amazon. También tengo en marcha una obra de danza de la cual no puedo desvelar información, pero que creo que llamará la atención. Me gustaría también tener un poco de tiempo para proyectos personales y trabajar en la edición de un álbum con obras inéditas, donde pueda plasmar mi evolución como compositora y ofrecer una mirada más íntima sobre mi proceso creativo. Cada proyecto representa una nueva oportunidad para explorar y crecer, reflejando mi compromiso con la música y mi deseo de conectar con el público a través de diferentes formatos y géneros.

 

Más información sobre Paula Olaz en www.paulaolaz.com